La verdad es que me hubiera gustado despedirme de vosotros en las clases, pero... el último día fuisteis poquísimos y quería despedirme de todos por igual, aunque fuera por un frío blog.
Como sabéis, no sé si continuaré el año próximo en Campanillas. No es una decisión mía, es algo normal en este trabajo y tendría que llegar más tarde o más temprano, quiera uno o no quiera.Y si tuviera la suerte de seguir allí posiblemente me será difícil (que no imposible) heredar 4º de ESO.
En resumen, es muy poco probable que vuelva a daros clase, pese a las ganas que tenía de enseñaros historia. Me quedo con esa espinita, aunque seguro que alguien bueno vendrá y os la explicará genial, ya lo vereis.
Me quedan pendientes partidos de basket, pescas (si no es de pingüinos también me conformo), juegos on-line, chistes malos, en fin, ya sabéis, jeje.
En primer lugar he de agradecer a todos los que se han molestado en hacerme un regalo, sabíais que no es necesario, pero muchas e infinitas gracias de nuevo, me han alegrado muchísimo.Por otro lado, quisiera pediros disculpas por los errores que haya cometido (que serán muchos) y que los hayáis perdonado. Sí, sí, esas últimas horas de viernes que había que ponerse de sargento y muchas más que ya sabéis. Mi intención siempre ha sido buscar vuestro bien, eso os lo puedo asegurar.
Mirad, un profesor me dijo una vez que la suerte de los profesores de instituto es que siempre son recordados por sus alumnos. No quisiera ser tan pretencioso como para desear que fuera así, pero esta vez, quizá esta vez más que nunca, esto será recíproco. No podré olvidar a los que han sido mis primeros alumnos de mi vida como profesor.
Sinceramente, os tengo que decir que estoy orgulloso de vosotros, que en estos dos años habéis crecido en muchos sentidos y que creo que vais a ser, ante todo, buenas personas, que en el fondo es lo que importa. Lo curioso es que yo también he crecido, he aprendido MUCHO de vosotros, cosas que no se pueden resumir en amplias teorías me lo habéis enseñado vosotros. Gracias siempre por ello.
Siento especial alegría de veros avanzar y os deseo la mayor de las felicidades en la vida, que vuestros objetivos y vuestros sueños se vayan cumpliendo, en definitiva, que se seáis felices y disfrutéis del camino que os queda por recorrer, toda la vida.
Cuesta escribir este más que probable "adiós". Ojalá llegue septiembre, os tenga enfrente en 4º y me recordéis lo cursi que me puse escribiendo esto. Acepto el trato ahora mismo.
Si alguna vez necesitáis resolver alguna duda no dudéis en preguntarme. Pase el tiempo que pase y vaya donde vaya siempre sentiré que sois mis "niños y niñas". Aunque tenga más arrugas que una pasa. Gracias, infinitas gracias.
Un abrazo fuerte del maestro Rubén.
Esta canción os la dejo para que os animéis cuando lo necesitéis (a mí me ha funcionado siempre).